jueves, 15 de mayo de 2014

Primero, para sí mismo.

"En estos momentos tuve la certeza definitiva: todo hombre tenía "una misión"; pero ninguno podçia elegir la suya, delimitarla o administarla a su capricho. Era equivocado querer nuevos dioses, era completamente equivocado querer dar algo al mundo. Pero el hombre despierto no tenía mças que un deber: buscarse a sí mismo, afirmarse a sí mismo y tantear, hacia delante siempre, su propio camino, sin cuidarse del fin al que podía conducirle. Este descubrimiento me conmovió hondamente, tal fue para mi el fruto de todo suceso.
Muchas veces había jugado con imágenes del futuro y había ensoñado los destinos que me reservaban, como poeta quizá o como profesta, como pintor o como quieén sabe qué. Y todo esto era equivocado. Yo no exisistía para hacer versos, para predicar o para pintar. Ni yo ni ningún hombre existíamos para eso. Todo ello era tan sólo llegar a sí mismo."

Demian
Hermman Hesse.