Vuelve a llover, es Viernes, pero parece Domingo. No suelen gustarme los Domingos, pero claro, hay Domingos y domingos... que fea es la palabra domingo... comparto con muchas personas el pensamiento de los domingos, siempre queda decir..."es que es domingo". El Domingo toca arroz, toca mal cuerpo, toca visita, toca, toca, toca, toca, arrggg! No toca nada! Haz lo que quieras!
¿Paseo bajo de la lluvia? ¿Me doy un baño? ¿Veo una película? ¿Leo un buen libro? Jo, a veces me gustaría extender estos días... hacerlos eternos, mirar mis cosas y pensar constantemente, lo afortunada que soy por tenerlas.
Llueve a ratos, no es una tromba constante. Las trombas constantes son las que me gustan, esas que las escuchas, las miras, y no te permiten ver más allá de dos metros, porque a veces no es necesario mirar tan lejos, y ellas te ayudan a comprenderlo. Quiero rayos, muchos rayos,y sentirme protegida entre las paredes del piso, ver como unos cuantos ladrillos confortan de una manera muy diferente a unos brazos, pero confortan. Cuanta paz. Ojalá todo el mundo se sintiera así, ojalá de repente todos, pudieramos vivir inmersos en la paz, y dejar atrás los sentimientos agrios. No sirven para nada. Hoy me cae bien la gente, la gente en general, aprecio las idiosincrasias de casi todos. No he fumado nada, lo juro.
Opto por la ducha, y una peli, después el libro.
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