No, no hay que llorar, que la vida es un carnaval y las penas se van cantando.
Tantas son las contradicciones que veo entre una entrada y otra que me doy miedo a mi misma, pero en realidad, de cada una hay algo único e irrepetible, que dudo mucho que nadie pueda interpretar en mi rostro.
Lo que más miedo me da son las horas que elijo para escribir, y las tonterías que este hecho desencadena. Pero bueno, para eso estamos, para disfrutar estos dos días, cada uno a su manera. Mis sueños son muchos, pero creo que los dejo en dos, y que encima, aunque son muy obvios no voy a expresar aquí. Pero a modo carnaval, me pondré la coraza, y quien pretenda ver más allá que busque, no voy a dar nada masticado, que para eso tenemos muelas. Qué complicados sois los humanos!!
Me gustaría ser como Momo, pero ahora. Sacar CONSTANTEMENTE lo mejor de la gente, y dejarme llevar. Lo intento, pero me agoto. Me agoto de hipocresías, de egoísmos, y de no poder encontrar un ápice de humildad, en personas que serían practicamente perfectas si caminaran nada más. Odio a la perra del spotify, otra que bien baila.
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