martes, 14 de abril de 2009

Volar sin alas



Cierra los ojos, busca dentro, muy dentro, y dime, que no te entran ganas de sonreir. Cuando se tiende una mano que transmite un eterno calor, y que sabes que no se soltará jamás, que pase lo que pase, esa mano es tan tuya, como el calor que fluye por ella. Siempre, por siempre, aunque se piense, nunca se está solo. Buscar ese rincón, y ser capaz de retenerlo es uno de los pilares de la ansiada felicidad. Yo tengo un par de manos, que no me sueltan, que muchas veces siento más o menos fuerte, pero he de ser más constante emocionalmente y ver lo que realmente hay...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

qué bueno es saber que no se está solo y siempre hay alguien cogiéndote de la mano, para sentir el calor y la belleza de otra persona.. que dicho sea de paso, es lo más bonito de la vida.
Si somos seres sociales por naturaleza, bendita sea la que te permite ser feliz.

Silvia Muñoz dijo...

No estás sola...no lo has estado nunca y no lo estarás jamás. Esa certeza la sujetan manos de mujer, mucho más cerca de lo que la distancia permite...y un hombre allá, arriba...uno que un dia a mi me cojió la mano, muy fuerte...cuando ya no estaba. Antes me la cogió miles de veces, en su delirio la apretaba fuerte y en su conciencia la acariciaba con ternura. Hoy, nosotras herederas de sus abrazos y trasmisoras de su fuerza seguimos cogiendonos las manos y cogiendoselas a la gente que queremos...y dando abrazos en la distancia. SJ.

Anónimo dijo...

enhorabuena por tener esas manos que te sujetan, que te cuidan, enhorabuena, por saber valorarlas...
y enhorabuena a ellas por tenerte a ti.
Gracias :)

Besos!